Desde que nacemos, nuestra piel pasa por distintas etapas. En un primer momento, es suave y delicada, pero, con los cambios hormonales, comienza a modificarse, por lo que puede aparecer grasa, acné, forúnculos, etcétera.
Estos cambios no pueden evitarse, ya que se deben a movimientos internos del cuerpo.
Sin embargo, a cierta edad, muchos de los factores que alteran la firmeza de la piel son externos, por lo que podemos controlarlos.
Aunque sea normal que la piel envejezca, las arrugas no deberían aparecer hasta los 60 años. Sin embargo, pueden surgir antes de tiempo por falta de cuidados. A continuación algunas recetas de cosmetología natural para combatir las arrugas prematuras:
Loción antiarruga:
Hacer una infusión fuerte de manzanilla, a la que se le pueda agregar una cucharada de hiedra. Dejar enfriar.
Agregarle aceite esencial de caléndula, Aloe Vera y unas gotas de aceite esencial de naranja. Usar en poca cantidad y por la noche, ya que es descongestiva y cicatrizante. También, previene arrugas. Por último, acuérdese de guardarla siempre en el frigorífico para que se conserve mejor
Infusión herbal antiarrugas
Ingredientes:
50 gramos de hojas perejil fresco.
50 gramos de romero fresco
1/2 litro de leche
Preparación:
Triturar el perejil y el romero, y vierta la leche hirviendo por encima.
Dejar reposar y filtre. Guardar en una botella con tapa de rosca.
Aplicar dando ligeros toques con un algodón embebido.
Crema de miel para evitar que el cuello tenga arrugas
Ingredientes:
2 y 1/2 cucharaditas de miel líquida.
2 y 1/2 cucharaditas de aceite de oliva
2 yemas de huevo.
Preparación
Hacer una mezcla con los ingredientes, envásela y guárdela en la heladera. Dejar reposar durante 24 horas. Aplicar generosamente en el cuello con un suave masaje. Después de 20 minutos, retirar la crema sobrante con
la ayuda de un paño.
Recomendaciones
Éstos son algunos de los factores que estimulan la aparición de arrugas prematuras en la zona del rostro y que se deben evitar:
Exposición solar inadecuada.
Factores de contaminación ambiental.
Falta de limpieza.
Carencia de minerales y exceso de toxinas, estimulados por el hecho de no ingerir agua.
Factores psicológicos, como el estrés y la depresión.
Falta de hidratación diaria.
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