Los senos son una zona especialmente frágil del cuerpo. Sostenidos apenas por ligamentos a los músculos pectorales, son víctimas de los cambios hormonales (menstruación, embarazo, menopausia...) y las fluctuaciones en el peso, que modifican su forma y su tamaño.
Mantenerlos firmes es esencial para que ganen belleza. Para ello, se debe:
Evitar las subidas y bajadas de peso. Huye de las "dietas milagro". Sí quieres perder peso, hazlo con asesoramiento médico. La dieta que te ofrezcan debe ser variada e, incluso en fase de mantenimiento, tienes que estar bajo control.
Activar la microcirculación. Realiza un masaje suave, en forma de 8, con unas gotitas de aceite de onagra (tiene propiedades nutritivas que aumentan la flexibilidad de la piel). Además de hidratarlos, mejorarás el riego sanguíneo y aumentarás su firmeza. También puedes hacerlo mezclando aceite de albaricoque con aceite esencial (al 1 %) de mirra, incienso e hinojo.
Practicar la hidroterapia. Dúchate con agua tibia (también en invierno) y acaba con un chorro de agua fría sobre el escote y los senos para prevenir la flacidez de los tejidos. SÍ te pasas un cubito de hielo el efecto tensor será inmediato.
Utilizar el sujetador adecuado. Para cada día, úsalo de algodón con tirantes anchos (1 o 2 cm) y, por supuesto, de tu talla. Para calcularla sin error, mide el contorno del tronco por debajo de los senos (sobre las costillas). Este número marca la talla del sujetador (80, 85, 90, 95...). Después mide el contorno sobre el pecho (por encima de los pezones); esta medida determina el tamaño de la copa (A, B, C, D). Si tienes dudas, déjate asesorar en la corsetería.
Utilizar recetas de cosmetología natural Hacer un tónico de pepino. Mezclar una taza de agua con el zumo de dos pepinos. Aplicar mediante un suave masaje. Igualmente, aplicar aceite de rosa mosqueta oara prevenir las arrugas en el canalillo, extiende una gota.
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