Nuestro organismo está conformado por 75% de agua. Por ello, resulta imprescindible mantenernos hidratados para conservar la buena salud.
Sin embargo, el agua no sólo beneficia la salud sino también la belleza considerándose un los mejores y más económicos aliados. El carácter embellecedor del agua depende de temperatura a la que la utilicemos:
Fría: Cierra poros, previene arrugas y funciona como desinfla-matorio. Para borrar los estragos de una mala noche, desliza un cubo de hielo sobre tus ojos o la zona del rostro que desees desinflamar. Si deseas un maquillaje homogéneo y duradero, rocía un poco de agua purificada helada sobre tu cara con la ayuda de un atomizador, deja secar y aplica el maquillaje como de costumbre.
Tibia: Es la mejor forma de mantener la cabellera en buen estado. Lavarte el pelo a temperatura ambiente, te ayudará a lucir una melena más suave y manejable. Si vives en una zona en donde el agua es dura (alta en sales) procura, al salir de la ducha, dar a tu cabello un enjuague final con agua purificada o de la lluvia.
Caliente: Desintoxica y elimina impurezas. Para purificar tu rostro, colócate sobre una olla con agua recién hervida, cubre tu cara con una toalla y permanece así durante 10 minutos, luego enjuágate con agua fresca. Al bañarte, no debe sobrepasar los 37 °C pues, de lo contrario, podría dañar el hidrolípico (capa natural de agua y grasa), resecar la piel y acelerar el envejecimiento cutáneo.
Dermolimpiador
250 ml de agua purificada
El jugo de medio limón
Dos gotas de miel
Aplica la mezcla de los ingredientes sobre el cuero cabelludo previamente húmedo, masajea, enjuaga y deja secar. Alterna con tu shampoo regular.
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