La condición de órgano externo hace de la piel un magnífico detector de la salud interna.
Cuando decimos que alguien tiene lindos colores o una palidez enfermiza nos estamos refiriendo al aspecto de su cutis y también de su salud. Un buen dermatólogo puede diagnosticar numerosas enfermedades examinando sólo el cutis.
• El cutis (incluyendo ojos y manos) amarillento indica hepatitis.
• Las erupciones generalizadas: alergia o infección interna.
• Las manos húmedas y calientes, pulso rápido: tiroides hiperactivo.
• Sequedad y lengua recrecida: hipotiroidismo.
• Picazón: alergia, parásitos, diabetes, infecciones, trastorno renal, o cáncer.
• Enrojecimiento de nariz y mejillas: lupus.
• Inexplicable oscurecimiento uniforme del cutis: insuficiencia adrenal.
• Piel azulosa: posibles problemas del corazón o de los pulmones.
• Nodulos de grasa amarillentos: posible enfermedad del hígado o dificultades con el metabolismo del colesterol.
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