Las algas marinas son sumamente versátiles, ya que no sólo se emplean como ingredientes de diferentes y nutritivos platos sino que también son consideradas un aliado en la cosmetología natural.
La alga como alimento
Existe
una gran variedad de algas marinas comestibles, pero, tal vez, las más
conocidas en occidente son: nori, kelp, agar y espirulina
Como alimento son una rica fuente de vitaminas, oligoelementos y
minerales como el yodo (útil para regular el funcionamiento de la tiroides);
hierro (necesario evitar cualquier tipo de anemia) y calcio (para fortalecer el
esqueleto) entre otros.
Inclusive son una buena fuente de proteína vegetal, que además
aporta los aminoácidos esenciales para su correcta absorción.
En resumen, sus propiedades nutritivas son:
- Beneficios para el estómago: minimiza la acidez, protege la mucosa gástrica, reduce el reflujo gástrico.
- Controla el peso: interesante para controlar el sobrepeso en patologías tiroideas, eso sí, la concentración debe ser pautada y controlada.
- Apto en estados de fatiga y astenia.
- Reduce el apetito (si se combina con agua) y tienen efecto laxante, es buena para el estreñimiento o si se está haciendo una dieta de adelgazamiento.
- Aplicada en la piel a es suavizante y rehidratante de piel y mucosas.
Las algas y la belleza
La alga cumple con dos objetivos principales en el campo de la belleza: Mejorar el aspecto de la piel y ayudar a perder peso.
La concentración de sus elementos estimula el flujo sanguíneo y linfático, lo que ayuda a combatir la celulitis, grasas localizadas y retención de líquidos.
Al ser de fácil absorción, activan el metabolismo celular regenerando tejidos y devolviendo a la piel la elasticidad perdida. Esto se refleja en una piel más hidratada, firme y de apariencia joven.
Por su alto contenido de yodo regulan el funcionamiento de la tiroides, mejoran el metabolismo y aceleran la quema de calorías. Son buenas para moderar el apetito y disminuir la ansiedad porque, al entrar en contacto con el agua, aumentan su tamaño, lo que genera una sensación de saciedad. Además, aportan mucílagos, una fibra que ayuda a eliminar las grasas y residuos tóxicos del cuerpo.
Aunque las podemos encontramos en cremas, mascarillas, geles, cápsulas y una amplia variedad de productos, en estado puro son fáciles de conseguir para incluirlas en nuestra dieta o hacer nuestras propias mascarillas.
Mascarilla facial de algas marinas
Ingredientes
Polvo de alga espirulina
Polvo de alga espirulina
Té o infusión de manzanilla
Arcilla verde o roja (opcional)
Preparación
En un recipiente de madera o plástico, mezclar el polvo de algas con la infusión de manzanilla hasta obtener una mezcla pastosa.
En un recipiente de madera o plástico, mezclar el polvo de algas con la infusión de manzanilla hasta obtener una mezcla pastosa.
Aplicar sobre el rostro previamente lavado, dejar actuar durante 20 minutos y retirar con agua tibia.
Si se dispone de arcilla, se puede añadir en la mascarilla mezclando una porción de polvo de algas sobre cuatro de arcilla.
Nota: Para obtener el polvo, puedes triturar comprimidos de espirulina, disponibles en cualquier tienda naturista.
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