Tiempo atrás, las mujeres hacían copioso uso de vinagres aromáticos, que hoy día han sido enteramente sustituidos por costosos perfumes. Los vinagres aromáticos no solamente nos complacen con su agradable olor sino que producen efectos muy benéficos sobre la piel y el pelo.
Las rosas son un ingrediente siempre apto para su preparación, pero en primavera podemos usar pétalos de violeta; y en verano, flores más olorosas aún. La lavanda, el romero, el tomillo, el eneldo y la albahaca constituyen también óptimos ingredientes. Cada hierba modifica en un sentido el olor agrio del vinagre.
• Vinagre de los 4 ladrones: Colocar ajo, salvia, ruda, romero, menta y lavanda a macerar en vinagre de manzana durante 10 días. Además de usarse para heridas, excoriaciones, hongos, etc. también se puede usar con fines cosméticos friccionando con él el pelo y el cuerpo.
• Vinagre antiséptico: Diluido con agua, es útil para tratar los picores que acompañan algunas enfermedades cutáneas. Ingredientes: alcoholado de melisa, 15 gr; esencia de eugenia, 4 gr; esencia de limón y de lavanda, 10 gr de cada una; vinagre blanco, 60 gr. Mezclar bien. Las plantas no necesitan macerarse y, por lo tanto, se puede usar en seguida.
• Vinagre de belleza: Diluido con agua, sirve para tonificar la piel y combatir su untuosidad. Añadir dos tazas de pétalos de flores (rosas, violetas, lavanda, clavel, etc.) a una taza de hojas cortadas (de romero, por ejemplo) y medio litro de vinagre de sidra. Dejar macerar durante dos semanas y filtrar el líquido, pasándolo a una botella de cristal oscuro.
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